Desde finales de los
años 80 y principios de los 90 las organizaciones han hecho grandes inversiones
de dinero en su intento por ser cada día mejores, esperamos que hayan hecho un
buen trabajo, porque para sobrevivir en un futuro muy cercano tienen que
aprender que no es suficiente con querer ser una gran organización, hay que
convertirse en una organización sana para poder competir con sus pares en el
mundo.
Esmelin Graterol Guzmán (*)
Los conceptos
subyacentes a las organizaciones sanas son valiosos para tener éxito en un
mercado tan competitivo, las organizaciones tienen que ser capaces de cambiar
rápidamente; su gente debe ser capaz de adquirir y asimilar de forma acelerada nuevos
conocimientos y habilidades. Aunque el conocimiento es una competencia
necesaria, es insuficiente para alcanzar el éxito en el mercado.
Las organizaciones
sanas comparten con organizaciones de conocimiento la meta de que todos adquieran
continuamente conocimientos y habilidades, pero a ello agregan la meta mas
crítica, que todos transmitan sus conocimientos a los demás.
En las organizaciones
sanas los líderes consideran que enseñar es su responsabilidad, lo hacen y
entienden que es lo mejor cuando no la única forma, de desarrollar en toda la
organización personas que realizarán y presentarán ideas inteligentes acerca de
la empresa. La gente de las organizaciones
saludables considera que enseñar es crítico para el éxito de su empresa, por
ello suelen encontrar formas de hacerlo todos los días. Enseñar todos los días
acerca de los asuntos críticos de la empresa permite evitar el enfoque
confuso, que ha plagado algunos
esfuerzos de organizaciones de conocimiento; lo cual algunas veces ha significado un
retorno a la autoexploración y entrenamiento en relaciones interpersonales.
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