A partir de la llamada crisis de la modernidad, ocasionada por los cambios que en el mundo se vienen produciendo, despierta en el hombre una conciencia que refleja la inadmisibilidad del proyecto moderno. Se comienza a cuestionar el pensamiento y la razón mecanicista, el crecimiento del comercio mundial, los efectos sociales y culturales, que causan los medios telemáticos, las tecnologías, la investigación y el saber; lo cual viene a trastocar la cotidianidad del hombre común, transfigurando los conceptos tradicionales; como: nación, soberanía, identidad, organización, comunicación e información.
Por. Esmelin Graterol Guzmán (*)
Esta nueva forma de pensar: identificada como el pensamiento complejo, el cual intenta recuperar lo empírico, la incertidumbre, la dificultad de adquirir certezas, de concebir un orden absoluto, pensar en forma compleja no significa disipar las paradojas, significa profundizar en la realidad, buscando otros niveles, que faciliten la comprensión del objeto de estudio.
El nuevo enfoque paradigmático significa, además, una nueva visión ecológica y holística del mundo, que ha ocasionado cambios no sólo a nivel científico, sino a nivel cultural; denominado por Capra 1998): Paradigma Social y se describe como una constelación de conceptos, valores, percepciones y prácticas compartidas por una comunidad, que conforman una parte en la visión de la realidad y que a su vez es la base del modo en que dicha comunidad se organiza.
Este enfoque proyecta una visión ecológica-holística del mundo, se reconoce la interdependencia entre todos sus fenómenos y el hecho de que, como individuos y sociedades, estamos todos inmersos en los procesos cíclicos de la naturaleza y dependientes de ellos; además en ella se reconoce el valor intrínseco de todos los seres vivos y los humanos son vistos como un hebra de la trama de la vida.
De esta nueva
racionalidad, no escapan las organizaciones empresariales, públicas y privadas, como sistemas sociales y
entre ellas, las instituciones y empresas. Partiendo de la concepción de que se
trata de sistemas vivos, conformados por múltiples variables, como las
personas, las normas, reglamentos, estrategias, procesos, decisiones y
acciones, estamos en presencia de un
sistema complejo. Se trata de un sistema
donde los procesos se interrelacionan,
son inseparables e interdependientes como señala Morin (2003), y cada uno de los elementos que constituyen
ese sistema organizacional es visto como una parte compleja de esa totalidad,
por eso dice el autor: estamos frente a sistemas extremadamente complejos en
que las partes están en todo y el todo esta en las partes.
Lo planteado
anteriormente, se refiere a la evidencia de la complejidad de los elementos de
la gerencia, los cuales se enlazan en un escenario altamente complejo, pero que
debe enfrentar un entorno marcado por el pensamiento complejo. Ante estas características, resulta evidentemente la necesidad de
emprender retos para afrontar la crisis provocada por esta nueva racionalidad y
las exigencias del entorno.
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