En el proceso de producción y transformación social le corresponde a la gerencia potenciar los esfuerzos individuales por medio de la propia integración de estos entre sí y con los recursos existentes. Esta finalidad requiere no solo definir cómo y para qué se organizan las relaciones técnicas en la sociedad, sino también la manera como se relacionan y organizan las personas respecto a la toma de decisiones.
Por. Esmelin Graterol Guzmán (*)
Esta misión no solo está influenciada por condiciones técnicas y
materiales sino también y fundamentalmente por los intereses y necesidades de
los sujetos sociales que disponen de capacidad y poder de la gerencia, para
decidir el cómo, para qué y para quién, que hace de ella una función
político-técnica y como tal, es parte no solo de la fuerzas productivas que
intervienen en dicho proceso sino también de las estructuras políticas de la
sociedad.
Este carácter
político-técnico de la gerencia, sobre todo en las últimas décadas, ha cobrado
mayor preponderancia debido a la aguda competencia económica, el declive de la
disponibilidad de las materias primas y de las fuentes de energía
convencionales, el crecimiento
poblacional y el incremento de la serie de crisis económica, social, urbana,
ambiental, que se consolidó en el siglo pasado y tiende a profundizarse en el
siglo XXI.
Estas
condiciones globales, han convertido al desempeño de la gerencia en foco de
atención primordial tanto de los grupos corporativos como de los
gobiernos. Al resultar insuficiente la
sola operacionalización administrativa de los procesos del sistema productivo,
las investigaciones de los problemas y soluciones gerenciales han requerido
apoyarse en vastos conocimientos científicos y las tradicionales concepciones mecanicistas
y fragmentarias han cedido el paso a enfoques analíticos multidimensionales y
multi profesionales que han revolucionado el desempeño gerencial.
La necesidad
de gerentes, personas de acción investigativa, y creadoras de nuevos
paradigmas, es hoy requisito básico. La
gerencia requiere de profesionales dotados de capacidades para negociar y
visualizar el futuro en condiciones de incertidumbre.
En Venezuela,
tanto la función administrativa como la gerencia, se desenvuelven bajo una
doble contradicción. La que resulta de
administrar para otros y no para nosotros y la que nace de la disociación entre
los objetivos políticos generales y el desenvolvimiento técnico-administrativo
interno. De allí la necesidad de asumir
el reto de formar recursos altamente calificados para gerenciallas
organizaciones con criterios de racionalidad política y económica que
contribuyan a superar los severos desequilibrios económicos, sociales y éticos
que afectan a nuestra sociedad. Lo cual
se justifica con más razón cuando los cambios son permanentes y se requiere
adaptación constante de nuevas tecnologías, especialmente, las organizaciones,
financieras, operacionales, de información y comunicación.
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