La cita en el Aula Magna de la UCV, estaba pautada para las 9 de
la mañana del día 29 de mayo. Desde hacía varios años, y luego de haber leído
sus dos primeras publicaciones: No es
cuestión de leche, es cuestión de actitud; y la Vida es una sola, tenía la inquietud (y un montón de interrogantes)
sobre el cómo mantener un espíritu esperanzado en medio de las dificultades. Quizá
por ello me acerqué en busca de respuesta, a una tercera presentación de la
propuesta motivadora, versión libro: Nada
que perder, me lo decía Consuelo, que haría El Psicólogo como él mismo se
define, Carlos Saúl Rodríguez.
Carlos Saúl Rodríguez es
un personaje, no tanto por el conocimiento
y la experticia que tiene en el área del cambio actitudinal sino por la
forma en que hace llegar y comparte su conocimiento.
Este oriundo de Táriba
(estado Táchira), es considerado hoy día, el psicólogo venezolano más
influyente en el tema de la actitud. Es un renombrado conferencista, facilitador
del cambio actitudinal y coach gerencial de reconocidas organizaciones
multinacionales, con más de 30 años de experiencia.
Durante una conversa más
bien informal, previa a su presentación en el Aula Magna, nos enfocamos en
tratar el tema de la desesperanza en el marco de la realidad Venezuela, tomando
como contexto el ámbito gerencial.
H.L.- ¿Cómo hacer actualmente en un marco caracterizado
por la desesperanza, la hostilidad, la violencia, para que quienes tienen
responsabilidades gerenciales generen o promuevan condiciones motivadoras para
los miembros de su equipo, sobre todo cuando ellos mismos están imbuidos en el
mismo entorno de desesperanza y clima que afecta al país?
C.S.- Lo primero que
deben hacer, es poner a las personas en una perspectiva en la que no miren
tanto hacia afuera sino más hacia dentro. Lo que ha ocurrido muchas veces
cuando las cosas son estables, es que los líderes se mantienen dentro de un
sistema normal regulado. Digamos por ejemplo que el gerente es una especie de
director de orquesta, que debe guiar un grupo de personas en el que todo el
mundo tiene un instrumento, lo sabe tocar y todo mundo está en armonía y en
buena nota; en consecuencia, la orquesta suena bien. El problema es que ahora a
ese mismo director le toca trabajar en la orquesta en donde faltan como 10
violines; hay otros violinistas que pueden venir porque tienen el instrumento, pero
no hay transporte. Es allí cuando éste director tiene que salir de ese espacio
de confort y empezar a convertirse en otro ser, de un nivel diferente, en el
que son requeridas otro tipo de competencias. Por ejemplo, ahora planificar,
controlar, dirigir, organizar son
importantes, pero pasan al nivel de competencias higiénicas, es decir, al plano
en que debe tenerlas para no restar, sin embargo empiezan a sumar otras. Ahora
el gerente debe hacer lobby. Buscar con quién se conecta para encontrar los 10
violines; lobby para encontrar donaciones que permitan hacerse de recursos
adicionales para esos músicos. Es ahora cuando ese gerente o director pasa a
ser un líder que no se ubica en el
presente y que le dice a los muchachos: “Esto es pasajero, vamos a
mirar en el futuro”. “Muchachos, la excelencia musical ni la calidad se
negocian”. Les dirá que las cosas estén mal no significa que voy a sacrificar
mi oficio y voy abandonar mi violín y me voy a poner hacer otra cosa, o que voy a desprofesionalizarme porque la
situación esta crítica. No. Tú tienes que ahora súper profesionalizarte porque
en situaciones críticas obviamente hay menos oportunidades visibles, pero hay
muchas oportunidades invisibles, por lo tanto, si no te reinventas entonces no
podrás ver lo invisible. Lo invisible lo es sólo para el que tiene Fe y sigue
creyendo en sí mismo, y está claro en que debe haber una oportunidad, y todos
los días se levanta con esa actitud positiva.
Esto lo hace el
gerente cuando se convierte en líder, y en ese inspirador que cada día confía
en que hay oportunidades y les transmite esa confianza al grupo, al equipo, a
la empresa, a los alumnos, a cada uno que tenga como tribuna, entonces la
crisis nos ayuda a sacar el producto que todavía no hemos sacado a la venta y que
está en nosotros.
Carlos Saúl Rodríguez inspira, motiva y enfoca a sus más de 130
mil seguidores en redes sociales y a todos los que han tenido la oportunidad de
ser impactados por su mensaje en sus más de 9 mil conferencias impartidas. Este
mensaje transformador ha logrado romper paradigmas, traspasar barreras y
mostrarle a muchos el propósito por el cual deben trabajar. Lo dejó evidenciado
en su desempeño como Psicólogo – Motivador de la selección Venezolana de Futbol
“La Vinotinto” durante 7 años (2001-2008).
H.L.-
¿Cómo entrenar a una persona para lograr ese cambio? ¿Cómo lo logró su madre en
usted? ¿Cómo hacer que una persona dé los pasos necesarios para que ese cambio
se concrete?
C.S.- Tiene que ver mucho con el medio
ambiente, eso hace que las personas se diferencien no en lo que saben sino en
la manera como hacen sobre lo que saben. Dos médicos en una academia pueden
estudiar lo mismo; luego, uno puede
tener más protagonismo o es preferido por los pacientes sencillamente porque
tiene una manera de relacionarse distinta, porque se proyecta con el paciente
de manera diferente y estamos hablando del mundo de las actitudes, de esas
capacidades blandas que todas las personas pueden desarrollar.
El tema de la pasión no es un tema que
se enseña, es un tema que se estimula para que aparezca de forma natural en las personas. No es que
naciste más apasionado que yo, es que nosotros fuimos en un momento determinado
estimulados para hacer las cosas con más pasión.
Por ejemplo, hay padres que quieren
inducir a sus hijos a que estudien una carrera basada en el criterio de que puede
darle más oportunidades que otra, y no estudian lo que quieren estudiar. Difícilmente
una persona puede apasionarse por algo que no le gusta. Sencillo. Yo soy
Psicólogo egresado de la UCV, si alguien me pregunta: tu como Psicólogo que recomiendas
que un muchacho haga, les digo que haga lo que le gusta. Y me indicarías: pero
me estás diciendo lo que cualquiera me diría. Y es que estoy actuando de forma
lógica normal. El común tiene el conocimiento, el común tiene la sabiduría, tú
quieres que tu hijo sea ingeniero, mételo en la Escuela de Ingeniería, y si no
tiene las habilidades ni las destrezas para las materias que dan en la escuela
de ingeniería a lo mejor se gradúa en 10 años y es un Ingeniero y tú puedes
estar orgulloso de que tu hijo sea ingeniero, y a lo mejor el muchacho guarda
ese título y mañana se dedica a estudiar para chef. Más adelante, se convierte
en un chef famoso, se siente realizado,
monta un restaurante y ahora es el tipo próspero, pero el estudió ingeniería,
algo que fue forzado y no era lo que le conectaba, y en este momento está
haciendo lo que le gusta. Cando las personas hacen lo que les gusta, de forma
natural aparece la pasión.
H.L.- ¿Es posible que se pueda incorporar el tema de la
espiritualidad en la gerencia, que hoy parece estar muy de moda?
C.S.- Hay un libro en el mundo gerencial denominado “Mega Tendencias
2000” que salió en la década de los ‘90 y
fue trabajado mucho aquí en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV. Este libro, fue el
resultado de un estudio que se hizo sobre más de 100 compañías en el mundo
tratando de determinar ¿Cuál era la tendencia? ¿Qué era importante? ¿Cuáles
eran las prioridades? ¿Cómo entendían la organización? En este estudio, se encontraron
dos cosas para el momento: La primera, el predominio de las mujeres en puestos
de Dirección y Supervisión y, la segunda,
el lugar que iba a ocupar la informática y todo el tema digital en los
negocios.
Cuando arrancó el
milenio en el año 2000, empezaron hacer otro estudio que se transformó en un
segundo libro que se denominó: Mega Tendencias 2010, y el tema central era la
espiritualidad en la empresa. Se observó que la gente necesitaba sentir una
conexión espiritual con lo que estaba haciendo, y que eso tenía que ver con su
realización como persona como ser.
H.L.- Pero, ¿cómo inculcar eso cuando la persona se considera
o se describe como atea?
C.S.- Pero es que no se inculca, simplemente se le abre el
espacio a los que ya están, porque es una demanda de la mayoría. Habrá una
minoría ateísta, o panteísta, habrá gente que tiene su postura, pero la mayoría
tiene creencias, a tal punto que en los Estados Unidos, por ejemplo, ya había
espacios en las empresas donde los musulmanes podían ir hacer sus rituales,
había una capilla para los católicos, había un pequeño espacio tipo sinagoga
para los judíos, había un espacio para el yoga, para el taishi y un espacio
para la meditación dentro de la organización, y le daban permiso a cada
trabajador para que fuese 10 minutos a tener su espacio espiritual, y
encontraron que en esas compañías, cuando los trabajadores hacían eso, el rendimiento
aumentaba.
Tú escuchas que es el
tema, la gente siente que trabaja para comer y come para trabajar, entonces su
espacio de trabajo se convierte en un lugar en el que tiene su vida. Allí hace
amigos, ora, reza, saca recursos para su familia, ahí aprende, crece, se
desarrolla…Entonces, es una visión más integral del ser humano. Hacia eso va la
empresa, y la gente no lo llama religión. Hay una parte que podríamos denominar
el mundo blando del amor, en lo que se ubica aquello que haces por pasión, que entregas
por cariño a tu trabajo: esto está en un plano que no es del conocimiento o
está ubicado en un plano material sino que está en el plano del ser.
H.L.- ¿Qué hacer en este momento para despertar esa
conciencia? Usted lo viene haciendo a través de sus conferencias, pero qué
debería incorporar la educación en este momento para que ese cambio de
paradigma se dé y vaya orientado a estos
nuevos entornos, a estos climas de desesperanza que hay?
C.S.- Una cosa importante, hay que decirle a la gente
que mire al pasado y se dé cuenta que siempre en la vida hay situaciones
difíciles, pero de todas hemos salido. No es que estás enfrentando algo
diferente. O más bien, sí estas enfrentando algo diferente, pero el ser humano
tiene de igual forma, una respuesta diferente para algo diferente, y esa
capacidad en el ser humano para resolver problemas es infinita.
Y si admites que tu
capacidad como ser humano es infinita entonces lo que hay es que fortalecer la
paciencia y el aguante, pero sobre todo una paciencia activa. Levántate todos
los días pensando, lee más, investiga más, busca en google, conversa más sobre diversos
temas, abre más espacios para reflexiones, estudia, métete en un curso, baja
algo por internet para que se active tu cerebro y lo que tienes por dentro, de
manera que aparezca ese proyecto, ese propósito, ese espacio, esa solución,
porque sentado el problema no va a desaparecer, necesitamos estimularnos. Los
griegos hacían una cosa que se llamaba ocio creativo, que era un ocio reflexivo,
era tómate el tiempo para pensar para reflexionar, para hacerte preguntas, para
responder a esas preguntas… Cuando no tenían respuestas hacían reuniones de
participación donde la gente exponía las preguntas a ver cómo las respondían. Hay
que abrirse, conversar, estudiar e investigar más.
H.L.- Una receta gerencial que le haya dado haya dejado
su madre
C.S.- De los mandatos de mi mama, puedo decir, por ejemplo: Mijo,
usted tiene que saber para dónde va para que no se pierda. Segundo, la vida es
complicada así que no piense que usted lo puede hacer solo, escuche consejo, el
que no escucha consejo no llega viejo, esas cosas tan básicas, y es verdad,
tiene que ver con la interacción, cada recurso que haga más fácil, a veces más
alegre, más divertido el proceso de llegar el camino, eso es importante.
Y la tercera cosa que
mi mama me decía mucho, que recuerdo y me parece importante es, lo que usted emprenda
termínelo, porque todo lo que usted en esta vida quiera en algún momento le va ser
útil.
Sobre El Conferencista
Psicólogo, egresado de la Universidad Central de Venezuela.
Especialista en Desarrollo Organizacional, egresado de la Universidad Católica
Andrés Bello y Magister en Gerencia por la Universidad Central de Venezuela.
Estudió Filosofía en la Universidad de Toulouse en Francia y Teología en la
Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá en Colombia. Se desempeñó como
psicólogo – motivador de la selección venezolana de fútbol, La
Vinotinto desde el 2001 al 2008. Tiene una importante trayectoria como
docente universitario en las áreas de Comunicación, Organización, Gerencia y
Liderazgo. Se ha especializado como conferencista en temas de actitud y
liderazgo.Es autor de los best sellers No es cuestión de leche, es
cuestión de actitud (2012) y La vida es una sola (2014). Y
más recientemente (septiembre 2017) de Nada que perder. Me decía Consuelo.
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