Transparencia, orientación a resultados, orientación al cliente ciudadano; pueden ser algunas competencias diferenciales, características propias de los organismos públicos y de quienes trabajen en ello.
Por Esmelin Graterol Guzmán (*)
El foco de atención se ha desplazado así
de las calificaciones o saberes puestos en juego por los trabajadores para
resolver situaciones concretas del trabajo, las competencias son un conjunto de
propiedades en permanente modificación, que deben ser sometidas a la prueba de
resolución de problemas concretos en situaciones de trabajo que entrañan
ciertos márgenes de incertidumbre y complejidad técnicas.
Esto implica que la competencia no proviene de la aprobación de currículo
escolar formal, sino de un ejercicio de conocimientos en circunstancias críticas.
Este conocimiento necesario para la resolución de problemas no es mecánicamente transmisible, algunos autores lo llaman conocimiento indefinible y es una mezcla de conocimientos tecnológicos previos y de experiencia concreta que proviene fundamentalmente del trabajo real. Nos preguntaremos ahora cómo las tendencias que afectan el particular modo de organizar el trabajo influirán en el presente y futuro de la administración pública y de quienes trabajamos en ella y cuáles son las líneas generales y cuáles organizaciones e individuos de la administración pública debemos desarrollar.
Este conocimiento necesario para la resolución de problemas no es mecánicamente transmisible, algunos autores lo llaman conocimiento indefinible y es una mezcla de conocimientos tecnológicos previos y de experiencia concreta que proviene fundamentalmente del trabajo real. Nos preguntaremos ahora cómo las tendencias que afectan el particular modo de organizar el trabajo influirán en el presente y futuro de la administración pública y de quienes trabajamos en ella y cuáles son las líneas generales y cuáles organizaciones e individuos de la administración pública debemos desarrollar.
Desde el punto de vista de una
organización, las competencias representan la combinación estratégica de varios
elementos las competencias individuales, los saberes técnicos de la
organización y la cultura de la dirección.
Las competencias representan un trazo de unión entre las características individuales y las cualidades requeridas para llevar a cabo misiones profesionales precisas como demanda la administración pública.
Las competencias representan un trazo de unión entre las características individuales y las cualidades requeridas para llevar a cabo misiones profesionales precisas como demanda la administración pública.
Las competencias estratégicas de la
organización son diferentes de las competencias individuales en la medida en
que integran otros parámetros. Pero existe una estrecha correspondencia entre
ambos tipos, así las individuales pueden describirse mediante repertorios de
comportamientos puestos en práctica en el marco de las actividades profesionales,
las de las empresas están representadas por la lista de recursos y de las
capacidades de organización susceptibles de ser traducidas en resultados. Las
competencias individuales son identificadas gracias al análisis de
comportamientos, las de la organización, en cambio, utilizando métodos de
análisis de mercado y de evaluación de los proyectos, los diagnósticos de
competencia individual permiten saber lo que cada individuo aporta al ejercicio de una misión que le ha sido
encargada para que la realice lo mejor posible , el análisis de las
competencias de la organización permite definir los espacios del mercado en que
es competitiva a largo y corto plazo. Las competencias individuales son
propiedad del individuo, las de la organización son desarrolladas en común por
los individuos, pero pertenecen a la organización.
¿Con qué deberemos contar los
organismos e individuos para enfrentar los desafíos y cambios?
¿Qué capacidades o competencias nos
permitirán definir un rumbo a nuestras acciones, renovarnos, permanecer y
desarrollarnos en un contexto en el cual, día a día, tanto, organizaciones como
individuos, sucumben o son excluidos?
¿Contamos con los recursos, saberes,
técnicas, disposición, es decir, con las competencias necesarias?
Para tratar de dar respuestas a estas
interrogantes, pensemos en primer término, en la dirección hacia la cual se
orienta la administración pública.
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