El conocimiento y la gerencia



La ambigüedad epistemológica de la pedagogía no se origina en su necesaria relación con los valores, las ideologías o los avatares sociopolíticos, sino más bien en la historicidad y complejidad interna de su objeto, que le ha exigido la sobrecargada tarea de ser ella misma y desde el comienzo, al menos, tan compleja como el objeto que estudia, para evitar simplificarlo y distorsionarlo; y para no exponerse a ser mirada como un obstáculo en la enseñanza de las ciencias por los epistemólogos, tipo Bachelard, o por los mismos alumnos aburridos con la escuela. 

Por Esmelin Graterol Guzmán (*)

La comprensión de la articulación formadora entre la dinámica de las ciencias y la dinámica del aprendiz constituye su “objeto” de estudio.  Tal articulación no es un imposible, puesto que en efecto los investigadores, científicos y artistas son precisamente ejemplares de tal convergencia, en el “límite” del desarrollo de las dos dinámicas.  Pero ambas pertenecen a órdenes diferentes, se constituyen bajo la presidencia de leyes autónomas, a veces divergentes, lo que ha dificultado el éxito epistemológico de la pedagogía.

El carácter fluido del desarrollo ininterrumpido de la cultura y de las ciencias en su doble “contexto”, y la doble inestabilidad del contexto del aprendiz, en construcción ininterrumpida por su agitada interacción con la cultura, por un lado, y con las ciencias por el otro, nos previene de la ilusión de esperar que la pedagogía, siempre “abierta”, se convierta definitivamente algún día en una ciencia acabada, y nos confirma a su vez el carácter fluctuante de la interacción aprendiz-comprensión científico-cultural, que la pedagogía se propone comprender, explicar y cualificar eficazmente, no sin que ella misma se afecte de una cierta provisionalidad en sus conclusiones histórico-culturalmente determinadas.  No obstante, tal interacción en su variabilidad no desaparece, perdura como esencial a la existencia misma del hombre, pues no se trata de una simple yuxtaposición accidental entre el contexto de las ciencias y  del aprendiz, entre los cuales la pedagogía tendería un puente hermenéutico, sino de una relación esencial mediante la cual el aprendiz no se forma sino en interacción con el conocimiento y la verdad, enmarcado por una relación estructuradora y abarcadora de la historia y de la cultura que necesitamos entender racionalmente.



La enseñabilidad del saber racional de las ciencias en su lógica, contenido y estrategias metodológicas constituye apenas la condición del material más calificado sobre el cual los hombres pueden desplegar acciones inteligentes, valorativas creativas de manera coordinada y sistemática, para lograr mayores niveles de humanización bajo orientación pedagógica. 
La pretensión de cientificidad de la pedagogía como una disciplina que desde un limitado conjunto de principios permita deducir proposiciones confrontables en los procesos reales de la enseñanza (bajo ciertas condiciones y efectos probables) es una expectativa epistemológica justificable no sólo desde el status sociopolítico del gremio y del oficio del maestro, como profesional de la pedagogía, sino desde el estado interno de desarrollo alcanzado por la pedagogía misma a fines del siglo XX, especialmente en Europa y América, desde una perspectiva pedagógica constructivista (popperiana-piagetiana) abierta a la interpretación y recontextualización permanentes, es decir, abierta a la hermenéutica que permita reintegrar y superar la misma lógica científica positivista en el contexto más completo (y por tanto más realista) de la existencia polisémica y ambigua de la comunicación humana que se despliega entre los sujetos concretos de la enseñanza. 



Si tal comunicación se produce entre sujetos, es efectivamente intersubjetiva; y si además el objeto de la enseñanza es ayudar a entender mejor las cosas y al mundo desde los principios y teorías de las ciencias, tal apropiación creadora del mundo científico-cultural puede ser comprendida racionalmente por la pedagogía a medida que disponga de mejores herramientas conceptuales para iluminar la intermediación entre Mundo, entre conocimiento objetivo y subjetivo, entre el contexto de la enseñabilidad y el contexto del aprendiz, para interpretar más rigurosamente esa recontextualización hermenéutica que caracteriza esencialmente la misión intelectiva de la pedagogía.

(*) Dr. Ciencias Administrativas. Post Doctor. Gerencia. Profesor del Doctorado en Gerencia UCV. Profesor Agregado. Facultad de Ciencias Económicas y Sociales UCV.


@graterolesmelin

Correo: esmelingg@hotmail.com





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